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CRÍTICA: El Congreso (2013)

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4 estrellas

Título original: ‘The Congress’. Año: 2013. Duración: 117 min. País: Israel. Director: Ari Folman. Guión: Ari Folman. Fotografía: Michael Englert. Música: Max Richter. Reparto: Robin Wright, Harvey Keitel, Danny Huston, Paul Giamatti, Jon Hamm, Kodi Smit-McPhee. Productora: Pandora Filmproduktion. Género: Drama. Estreno (Francia): 3/07/2013. Estreno (España): 29/08/2014 [FICHA EXTERNA]

La carrera de la actriz Robin Wright se fundamenta en dos papeles que le dieron la fama mundial: el de la princesa Buttercup en ‘La princesa prometida’ y el de Jane en ‘Forrest Gump’. Muchos años han pasado desde aquellas interpretaciones y desde entonces no ha sabido elegir bien sus proyectos participando en películas menores o sin demasiada repercusión en taquilla. Por delante de su oficio puso a sus dos hijos: Sarah y Aron, este último con una enfermedad degenerativa que le dejará ciego y sordo en unos años. Sin demasiado dinero y viviendo en un hangar de un aeropuerto, un estudio le ofrece el último contrato de su vida: escanearla tanto física como emocionalmente y así poder pertenecer al estudio únicamente como un personaje digital aunque muy cercano a lo real en una nueva reinvención en el mundo de la interpretación. Robin Wright se interpreta a sí misma (a excepción de su vida familiar) en ‘El Congreso’, la cuarta película del director israelí Ari Folman, que adapta libremente la novela ‘Congreso de futurología’ de Stanislaw Lem. La premisa del filme no dista demasiado de lo que realmente ha sido la carrera de la actriz, ahora en alza al co-protagonizar juntamente con Kevin Spacey la serie ‘House of Cards’.

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Las referencias (parcialmente verdaderas) a la trayectoria de Robin Wright y la creación de actores y actrices digitales son solo una de las partes, pese a ser los catalizadores de la historia, que conforman ‘El Congreso’. Una vez transcurrido ese soberbio y sorprendente segmento cercano a la ciencia-ficción, el filme pasa de actores reales a la animación en el que la Wright auténtica es invitada a un congreso futurista del estudio que la escaneó donde solo tiene cabida la animación. De ese modo, el director israelí vuelve a la ilustración dirigida al público adulto, muy alejada de estudios como Pixar o Dreamworks, y que tan buenos resultados le dio con ‘Vals con Bashir’, su anterior filme. Una película que se acercaba al género documental y que tenía como base la guerra del Líbano a principios de los 80, donde el protagonista era el propio director, que buscaba, con la ayuda de antiguos compañeros del ejército, indagar en los recuerdos que había perdido.

En ‘El Congreso’, las posibilidades infinitas de la animación sirven para mostrar la irrealidad de ese mundo animado y colorido. Al adentrarse en un perfecto universo onírico, la película se vuelve algo confusa a la par que reflexiva donde las alucinaciones y los sueños son protagonistas de la trama y persiguen a Robin Wright a lo largo de la película, como ocurre con el personaje de Ari en ‘Vals con Bashir’. Este es un filme con multitud de interpretaciones y pese que algunos aspectos se resuelven hacia el final, invita a que quien la vea saque sus propias conclusiones en las distintas ideas que plantea. En esta sección animada, el juicio al mundo del cine sigue presente, si bien se aleja de la revolución actoral de la primera parte del filme, destaca por la idea de la consumición del cine de un modo literal, como si se tratara de un mero producto, una fantasía química en la que cualquiera puede elegir quien quiera ser con tan solo tomar una droga.

Film still from The Congress by Ari Folman

La construcción de un espacio donde la utopía prevalece en la era llamada como ‘libre elección’ ha conseguido una vida sin frustraciones que dista mucho de la dolorosa y sobrecogedora realidad que se rebela en el último tramo de la película. Folman juega con la realidad y la fantasía y las une para formar un discurso crítico al que retrata a una sociedad falsamente perfecta ligada a la contaminación alucinógena. La animación no es un factor gratuito para la película, su utilización va muy ligada con lo que el director quiere narrar y que con la imagen real no hubiera conseguido el poderío visual llega a alcanzar el filme. La animación es uno de los pilares de ‘El Congreso’, como lo fueron anteriormente en ‘Vals con Bashir’, las ilustraciones muestran un mundo futurista que se combina con la fantasía que viven todos sus habitantes. La espectacularidad y belleza de las imágenes junto con una gran banda sonora completan una poesía visual que suple algunos momentos donde la historia decae en interés, pero que acaba recuperándose conforme se acerca el final.

El otro pilar es Robin Wright. La película abre con un primer plano de la actriz entre lágrimas que sirve como preludio de la gran emotividad que rodea a su personaje. Wright aprovecha la oportunidad de interpretarse a sí misma para brindar una interpretación que parece tan auténtica como ella misma. La secundan actores como Danny Huston, Paul Giamatti o Kodi Smith-McPhee, de gran importancia en el desenlace, pero es el veterano Harvey Keitel, que interpreta al representante de Robin Wright, el que deslumbra con un monólogo impresionante hacia la mitad del filme.

el congreso 3

Como película metacinematográfica que es, ‘El Congreso’ trata varios frentes del mundo del séptimo arte como la decadencia de una actriz, una nueva era sin intérpretes ‘reales’ y una concepción del cine muy distinta de cómo se conoce hoy en día. Ari Folman ha creado una película espectacular tanto en lo visual como en lo narrativo y que, además, invita a la meditación. Una de las experiencias cinematográficas más alucinantes de los últimos años.

 Sergio Montesinos


Tagged: Danny Huston, Harvey Keitel, Jon Hamm, Kodi Smit-McPhee, Paul Giamatti, Robin Wright

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